Si bien la inclusión de disposiciones sobre justicia racial y de género en el Acuerdo de Paz de 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue un hecho histórico, la violencia de género en Colombia sigue teniendo consecuencias devastadoras, en particular contra las mujeres afrodescendientes e indígenas, y sus comunidades. La violencia en Colombia continúa, así como los femicidios, la violencia sexual y de género, y los grupos más vulnerables, en particular las mujeres afrodescendientes, indígenas, en contextos rurales, lesbianas, bisexuales, transgénero y aquellas con discapacidades, sufren graves violaciones sin tener la protección de Estado ni acceso a la justicia.